lunes, 4 de julio de 2011

AMOR Y VERDAD


Alcanzar la unidad con la unitotalidad del Absoluto divino sólo puede hacerse con los demás porque solo reconociendo el valor absoluto de los demás puedo reconocer también el mío. De ahí que el egoísmo supone autonegación y muerte. Y por eso el amor, la salida de sí hacia el otro sea la única «fuerza capaz de erradicar el egoísmo desde dentro y hasta el fondo».

El amor es el que nos permite realizar la verdad, no solo alcanzarla en un nivel teórico sino el poder vivirla existencialmente. De modo que «conociendo gracias al amor de los demás no de forma abstracta sino esencial, transpotando efectivamente e centro de nuestra vida más allá de los límites de nuestra particularidad empírica, revelamos y realizamos nuestra verdad y nuestro valor absoluto que consisten precisamente en la capacidad de trascender los límites de nuestra existencia fáctica y fenoménica, en la capacidad de vivir no solo en nosotros mismos sino también en los demás».

Soloviev habla de una «interacción y una comunión perfecta». Aunque no lo diga expresamente la idea de la “comunión de personas” está presente en sus afirmaciones. El ser humano, creado a imagen y semejanza divina solo puede alcanzar la plenitud de su ser en la “comunión de personas”, pues la misma Trinidad es “Comunión de Personas” en el Amor. De ahí también que la “comunión de personas” entre los seres humanos y entre el ser humano y Dios solo pueda ser posible por el Amor.

Conocemos bien la afirmación de la Sagrada Escritura de que Dios es Amor. Lo que sucede con frecuencia es que no se sabe bien lo que es el amor y se suele confundir con amores que no son verdaderamente amor.

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